Siempre sucede... cuando empezáis un trabajo nuevo, sois muy creativos, os involucráis profundamente, proyectáis todo vuestro ser. Entonces, poco a poco, os vais familiarizando con el territorio. Y en vez de ser originales y creativos, comenzáis a ser repetitivos. Eso es también natural, porque cuanta más habilidad adquirís en cualquier trabajo, más repetitivos os volvéis. La destreza es repetitiva.
De manera que los los grandes descubrimientos los hacen los aficionados, nunca la gente experta... porque una persona experta pone mucho en juego. Si sucede algo nuevo, entonces, ¿qué será de su vieja habilidad? Durante años ha aprendido y se ha convertido en un experto. Por ello los expertos jamás descubren nada; nunca van más allá de los límites de su conocimiento. Por un lado se vuelven más y más diestros, y por el otro, más y más aburridos, hasta que el trabajo parece una carga. Porque ya no hay nada nuevo que pueda entusiasmarlos... ya saben lo que va a pasar, saben lo que van a hacer; no hay sorpresa en ello.
Así pues aprended una lección: es bueno alcanzar una habilidad, pero no es bueno acostumbrarse a ella para siempre. Cuando os surja la sensación de que las cosas se han estancado, cambiadlas, inventad cualquier cosa, añadid algo nuevo, borrad algo viejo. Volved a ser libres del patrón en el que habéis caído, lo que significa ser libres de vuestra habilidad; volved a ser aficionados. Eso requiere coraje y agallas, pero así es como se torna hermosa la vida.
Osho.
Es un poco exagerado con eso de que los grandes descubrimientos los hacen los aficionados, pero respecto a lo demás ha conseguido engatusarme el Osho este.
Estoy bastante de acuerdo con esta lectura, por eso al llegar un determinado momento, hay que cambiar de puesto de trabajo (cuando se es funcionario y hay posibilidades de traslado, claro). Esto ventila el puesto que dejas y airea tu propia mente.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo Carmen, de hecho hace 8 años pasé del servicio de juventud al de informática, y dentro de éste he cambiado de proyectos.
EliminarLa verdad es que la frescura y creatividad ante los nuevos desafíos se pierde con la rutina. Los cambios son buenos, y sobre todo en la época que vivimos adaptarse a ellos.
Ante los retos que nos esperan creo que hay muchos aliados "aficionados" con los que podríamos contar más a menudo. Seguro que sabes por donde voy.
Gracias por tu comentario.
Exagerado Osho, pero con algo de razón, vamos que en el fondo estoy bastante de acuerdo contigo (y con Carmen).
ResponderEliminarDe hecho hace algunos meses escribí un post sobre el trato que estaban recibiendo los interinos, esos compañeros en los que se está cebando la crisis. Está centrado en los docentes (obvio, pues soy profesor) pero creo que parte de lo que escribí aporta datos al debate:
“a los interinos no hay que romperles la ilusión, ellos son el futuro y ellos son los que en muchas ocasiones generan verdaderos cambios en los institutos con sus nuevos proyectos”
Unos días después realice una actualización en el post:
Hoy, el día de la manifestación contra la reforma laboral, he debatido sobre este post con cierto número de personas. (...)
Y como no podía ser de otra forma, he tenido debates con funcionarios de carrera (no interinos), (...)
Me han dicho que tengo una visión idílica de los funcionarios interinos y, aunque me lo han intentado justificar, no me han hecho cambiar de idea. Me reafirmo, “ellos son el futuro y ellos son muchas veces responsables de profundos cambios”.
Pero el debate si que me ha hecho ver que seria adecuada una explicación algo más larga de esta afirmación. Vamos a por ella:
Estoy completamente de acuerdo con los que afirman que la innovación que aporta un docente no está ligada con el tipo de contrato laboral, está ligada con las cualidades de la persona. Pero después de esta obviedad vienen las matizaciones.
Yo pienso que cuando empezamos, algunos si somos innovadores, queremos comernos el mundo, pero el pastel es muy grande y algunos pedazos se vuelven duros. En lo que alcanzamos resultados continuamos evolucionando pero, reconozcámoslo, algunos sueños se quedan por el camino. Pensamos que son inalcanzables.
Pero entonces llega sangre nueva y, al no saber que algo es imposible, se ponen a trabajar en ello y alcanzan resultados. En ese momento aparecen profundos cambios que, por supuesto, hay que compensar y compaginar con la experiencia. (...)
Resumiendo: En la mezcla adecuada de jóvenes (representados normalmente por interinos), de no tan jóvenes y de mayores, está el equilibrio al que, a mi juicio, todo claustro debe de aspirar.
Un saludo
El ejemplo es muy bueno Juan Carlos y creo que no te falta razón, la ilusión de los primeros años, la lucha por cambiar las cosas... Por tus palabras creo que te estás haciendo viejo. Hay que juntarse más con esas personas (interinos en tu caso) para ver si se nos pega algo.
ResponderEliminarEs un placer tenerte comentando en este blog. Pásate cuando quieras, estás en tu casa.
A lo que te refieres, Es ha ser arriesgado en tus actos, La monotonia trae un aburrimiento si, Pero cuando te sobra el talento ¿que? las personas con talento nacen y tu teoria va a aquellas personas que con esfuerzo y estudio han logrado algo en la vida. Saludos
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo. Personalmente siento que al cabo de unos 3 años enfrascado en un tema, necesito un cambio de actividad. Siento la necesidad de volver a entusiasmarme... y en ello ando, en la búsqueda de la ilusión ;-)
ResponderEliminarBuen apunte Antonio, me ha gustado mucho la lectura.
La vida nos vuelve a unir David, yo también ando buscando la ilusión que en los últimos meses he perdido. Seguro que volvemos a entusiasmarnos.
EliminarUn abrazo.