3 de diciembre de 2014

Innovación pública: sumando adeptos para la causa

La vida del innovador solitario es muy dura, por eso si queremos tener un mínimo de éxito lo primero que hemos de hacer es ganar adeptos para la causa.

En equipo se innova mejor, y en organizaciones tan rígidas como la Administración Pública es el único modo de conseguirlo.

¿Pero es el equipo de innovación es una quimera en la Administración Pública?
Lo habitual en ella es trabajar al paso, cuando va surgiendo la oportunidad y/o la obligación. Por esta razón algunas personas que creen más firmemente en la necesidad de abordar cambios encuentran muchas dificultades. Estoy hablando de los intraemprendedores públicos.

Por ello el intraemprendedor público debe contar con aliados puntuales, como un equipo de innovación líquido, otros intraemprendedores y trabajadores o directivos afines a la innovación. Hemos de reconocer que esta forma de actuar está basada en innovar en la frontera de la jerarquía organizativa, agitando un poco las inflexibles estructuras.

Muchas veces he hablado sobre la manera de afrontar por parte de un intraemprendedor la proposición de mejoras o cómo enfocar un proyecto de innovación para conseguir que nos hagan caso: ser subversivos.

La experiencia adquirida en los últimos años me confirma que ese es un camino válido, pero también me ha enseñando que se consiguen más éxitos si lo recorres en compañía.

Motivo suficiente para no dejar nunca nuestra labor "evangelizadora", tanto entre compañeros, mandos intermedios y directivos.

En estos primeros estadios, cuando intentamos "convencer" sobre cierta necesidad de cambio, mejora o la posible implantación de una iniciativa, necesitamos compañeros de viaje.

Llamarlo equipos de innovación me parece demasiado pretencioso, en un principio se trata de propagar la idea entre miembros de la organización para ganar partidarios y lograr poner algo en marcha.

Si cuentas con la posibilidad de formar un verdadero equipo de innovación dentro de tu administración, enhorabuena y adelante, pero en la administración local, por ejemplo, no es lo habitual.

Por la cabeza suelen pasear las preguntas habituales: ¿Y por dónde empiezo? ¿A quién puedo intentar implicar?

Un post de Braden Kelley, "Los nueve roles de la innovación", que hace una descripción de los roles necesarios para que un equipo de innovación tenga éxito, puede servirnos como apoyo para comenzar.

Estos roles suelen estar desempeñados por distintas personas, pero no es inusual que varios de ellos sean ejercidos por un único sujeto. A veces no son necesarios todos a la vez, pero sí lo serán en las distintas etapas por las que pasaremos para alcanzar nuestro propósito.

En el caso del intraemprendedor sería interesante saber con quién contamos y que rol nos faltaría. Según Braden estos roles son:

Revolucionario
Es la persona que está siempre dispuesta a cambiar las cosas y a compartir su opinión. Estas personas tienden a tener un montón de grandes ideas y no son tímidos a la hora compartirlas.

Recluta
El recluta tiene un montón de grandes ideas, pero no los comparte de buena gana, ya sea porque estas personas no conocen a nadie que esté buscando ideas, no saben cómo expresarlas o prefieren mantener su cabeza baja y trabajar, o las tres cosas.

Conector
El Conector hace precisamente eso. Estas personas escuchan a un recluta decir algo interesante y lo juntan con un revolucionario. El conector escucha al artista y sabe exactamente dónde encontrar el solucionador de problemas (apagafuegos) que necesita su idea.

Artísta
El artista no siempre viene con grandes ideas, pero los artistas son muy buenos para hacerlas mejores.

El abogado del cliente (ciudadano en nuestro caso)
Es el que mejor conoce las necesidades del ciudadano. No es el único que tiene contacto constante con el cliente, pero entiende sus necesidades, está familiarizado con sus acciones y comportamientos.

Apagafuegos
Cada gran idea tiene al menos uno o dos obstáculos importantes que superar antes de que esté lista. Aquí es donde el apagafuegos entra en juego. Le gustan los  problemas difíciles y a menudo tiene el profundo conocimiento y la experiencia para ayudar a resolverlos.

Juez
El Juez es realmente bueno en la determinación de lo que se puede hacer de manera rentable y lo que va a tener éxito en el mercado.

Mago
Los que hacen magia cogen una idea y la hacen realidad. Estas son las personas que pueden imaginar cómo se va a realizar esa idea y gestionan los recursos adecuados para que esto ocurra.

Evangelista
Los evangelistas saben cómo educar a la gente sobre el significado e importancia de la idea, y ayudan a entenderla. Son las personas idóneas para encauzar a la organización hacia el apoyo interno tan necesario para el éxito de esa idea, así como a ciudadanos y otros socios necesarios.

Normalmente todos empezamos con el primero, el revolucionario, siendo a veces algo polvorillas, acabando en el último, el evangelista, porque es la única opción que nos dejan.

Tenemos que aliarnos con otras personas en la organización capaces de desempeñar los demás roles, que habitualmente nos saltamos en nuestra ilusión por cambiar la administración.

De todas formas es un camino largo y lleno de obstáculos, pero lo importante es empezar.



Publicado originalmente en la Comunidad de Innovación de INAP SOCIALInnovación Pública: sumando adeptos para la causa


4 comentarios:

  1. Hola Antonio, he vuelto a releer el post y los tres primeros los veo claros y necesarios; los siguientes me parecen más del Señor de los Anillos.

    Otro saludo.

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    1. La verdad es Guillermo que algunos roles pueden estar un poco exagerados por motivos didácticos, pero en algún momento me los he encontrado, a veces en la misma persona o en distintas.

      El artista por ejemplo, y no nos referimos al diseñador que nos dá ese toque a la web que le faltaba, o que mejora sustancialmente la experiencia de usuario, sino a esa persona que enriqueze, en grupo por supuesto, con sus aportaciones la idea sustancialmente.

      El abogado del cliente es un rol que en la Administración solemos olvidar, y es contar con quien tiene contacto con el ciudadano, me refiero al compañero del mostrador, el que atiende en su mesa. Tienen mucho que aportar y casi nunca lo escuchamos o incluimos.

      El apagafuegos, por mi experiencia es un mando intermedio, que se conoce todos los entresijos de la administración, donde están los cuellos de botella, y como solventarlos, suelen ser gente con muchos años de batalla.

      El juez en la AAPP tiene que ver con los recursos, de dónde sacamos la partida, y el mago es el gran desconocido, ese gestor de equipos y medios que tanto echamos en falta. Su rol tenemos que asumirlo como buenamente podemos.

      En cuanto al evangelista qué me vas a decir si es lo que llevamos haciendo durante tantos años.

      Como digo muchas veces varios roles confluyen en una misma persona, pero creo que en mayor o menor medida son necesarios.

      ¿Qué te parece ahora?

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  2. Estoy totalmente de acuerdo con el post: la innovación, sobre todo en la Administración, debe ser empujada por un equipo y no por un lobo solitario (llámese intraemprendedor o como se quiera). Desde hace un par de años, tengo la fortuna de formar parte de un grupo de trabajo que trata de avanzar en la estrategia de gobierno abierto de mi Universidad. Los resultados con mayor impacto, los hemos conseguido como señala Antonio gracias al esfuerzo de un equipo en el que cada persona ha asumido uno o varios de los roles mencionados en el post.

    Sin embargo, ¿qué pasa si no encontramos aliados?, ¿nos dejamos llevar por la apisonadora del sistema? ¿Qué hacemos cuando se trata de propuestas que, por necesidades del contexto (p.e., un concurso de méritos), deben ser presentadas y defendidas por una sola persona?

    Como sabes, este último mes está siendo duro. Al igual que en otras ocasiones, en los últimos meses me he puesto delante a tirar de un par de propuestas innovadoras, pero esta vez he sido atropellado. Por fortuna para mí, las heridas me suelen cicatrizar rápido. Sigo una terapia de aprendizaje de la experiencia, analizando en qué he fallado.

    Me gustaría que escribieras un post sobre la necesidad de adoptar medidas de seguridad al salir de la zona de confort, como me comentabas en mi blog. Esta experiencia me ha enseñado a que debo prestar más atención a ello cuando intente volver a innovar. De hecho ya estoy mentalizándome para el siguiente paso. Mezclaré red de seguridad con rebeldía. La inspiración me vino escuchando el otro día al Pirata (RockFM) hablar sobre el plante de Nirvana a la MTV, cuando les obligó a cantar en playback. Lo hicieron, pero le bajando dos tonos a la canción y actuaron descaradamente. ¿Qué quiero decir? Pues que si da vértigo una propuesta innovadora, le meteré una red de seguridad, proponiendo lo que quieren escuchar, pero le agregaré el "valor añadido" de lo que antes era el centro de mi propuesta, de manera que cuando me toque defender la propuesta pueda centrarme descaradamente en lo que creo es lo importante. Es decir, innovemos sí, pero sin perder el norte de dónde estamos, qué quieren quienes deciden y en qué están dispuestos a avanzar.

    Respecto a los roles, me siento muy identificado con muchos. Quizás con demasiada frecuencia asumo los de revolucionario, apagafuegos y evangelista. Aunque el que más disfruto desempeñando es el de conector.

    Un abrazo amigo!

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    1. Gracias David por contar tu experiencia, aunque a mí no me gusta eso de los lobos solitarios, he de reconocer que a veces, como comentas, es muy difícil conseguir aliados para según qué cosas. Es posible que lleguemos demasiado pronto y la organización no esté preparada para asumir esos cambios. Aunque haya administraciones que tengan implatado hace tiempo esa innovación que queremos imitar, puede que para la nuestra sea algo disruptiva, y esos cambios, algo que no es directamente innovación, pero que está muy relacionado con ella, produzcan cierto rechazo y sea más difícil ponerlo en práctica.

      En cuanto a lo de adoptar medidas de seguridad al salir a la zona de confort intentaré escribir algo, aunque no me considero un gran experto, si me parece interesante compartir experiencias, creo que es de lo mejor que nos aporta esto de las redes sociales, aprender junto a personas con las que de otro modo no tendrías modo de entrar en contacto. Esa especie de club de innovadores anónimos que nos ayuda con sus casos de éxito y fracaso.

      Por cierto, muy buena idea eso de mezclar rebeldía con red de seguridad, ya me dirás como va resultando ;-).

      ¡Ánimo y un abrazo!

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