13 de diciembre de 2009

Otra Administración


¿Es posible repensar la administración desde la experiencia y la reflexión?

¿Podemos prescindir de tanto experto, analista o gurú que no hace más que acallar la voz del funcionario, único conocedor de los verdaderos entresijos de su administración?
Porque no hay dos administraciones iguales. Me refiero a que no hay dos Comunidades iguales, dos Ayuntamientos iguales, dos Concejalías iguales, ni siquiera dos Servicios iguales.

Lo que puede valer para un sitio puede que no sirva para otro. No digo que los funcionarios sean los únicos que saben de qué va esto de la administración pública, pero sí de los pocos que saben como funciona realmente la administración pública donde trabajan. En qué está fallando, cómo podría mejorar, qué necesita el ciudadano, y tantas y tantas cosas que callan porque nadie les ha pedido opinión, o si lo hacen suele caer en saco roto.

¿Es posible repensar la administración desde las relaciones horizontales, sin formalismos ni jerarquías? Si, esas jerarquías que tanto daño hacen a la hora de gestionar el cambio.

¿No nos olvidamos demasiado a menudo de la profesionalidad del funcionario? A veces recurrimos a verdaderos malabarismos sin pensar que quien puede darnos la solución, quien puede tener la llave en sus manos, es al que colocamos en el último escalón, siendo un eslabón tan importante como el que más en la cadena.

Damos por sentado que el funcionario será la cara amarga, la queja, la desgana e incluso la incompetencia. Cuando la mayoría de las veces pueden aportar mucho conocimiento, rigor, ilusión y trabajo muy cualificado.

Se puede discutir, proponer y avanzar en la administración, incluso a pesar de la administración, contando firmemente con los trabajadores que forman parte de ella, que son quienes la hacen funcionar. Los funcionarios.

¡Por Dios, dejennos hackear!

Fomenten la aparición del funcionario hacker. De más funcionarios hacker.

4 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo. No habrá una administración pública diferente, una administración pública abierta sin la participación activa y el compromiso de los trabajadores públicos. Lo que se puede hacer sin implicar al funcionario son artificios tecnológicos con un recorrido muy limitado.

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  2. Pues no creas que es fácil que este tipo de ideas calen. Puede que parte de la culpa sea nuestra, de los trabajadores públicos, por no luchar con mas ahínco contra los estereotipos establecidos, pero la mayoría de las veces únicamente entramos en juego cuando ya está todo el pescado vendido.

    Muchas gracias por pasarte por aquí y comentar, José Ignacio.

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  3. Antonio, un acierto el post. Creo que lo linkearé en próxims entradas!!

    Saludos!
    Gustavo
    neocivis.es

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  4. Son solo pensamientos en voz alta Gustavo.

    Gracias por tu visita.

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